lunes, 4 de abril de 2011

Para que no decaigas.


Que no pierda mi alma nunca la esperanza, esa que ya tu vas perdiendo, de no encontrar lo que sueñas, que sea yo quien empuje y aliente tus horas de intensa fatiga, que mi fuerza no decaiga, para que tu no la pierdas, que pueda yo siempre estar allí, mientras llega la hora, el día que esperas, que sea yo paciente y sepa velar todavía tus noches, como cuando eras un niño y sentías ese miedo inocente de quedarte solo en tu cuarto, que mi mano roce suavemente tu pelo, tu cara, que ahora mayor, sigue siendo mi luz, el motor de mi vida.

Que nunca deje yo de acunar tus anhelos, de animar tus deseos y de acompañar, hasta el final cada una de tus metas.

Estaré en cada angustia de tu espera, en cada intenso suspirar de tu ansiedad, seré el bálsamo suave, que cure el dolor que te deja un nuevo día, de lucha infructuosa y estaré junto a ti, cuando por fin llegue el momento de celebrar el triunfo, porque estoy bien segura de que no tardará en llegar.

Tartacha mamá.

1 comentario:

  1. Yo estaré en cada momento que la vida me regale, para aliviar un poco el peso de tu angustia hijo.

    ResponderEliminar