domingo, 10 de abril de 2011

Lluvia.


La lluvia cae lento.

Cantinela monótona es su melodía,

El día es enteramente gris, el frío cala los hueso, el alma y la piel.

Los pájaros, se acurrucan en las ramas de los árboles, las luces se van diluyendo en gotas hay vao en los cristales.

No se vislumbra un alma en el sendero, la soledad inunda todo, pero el alma está serena, una dulce paz la ronda, las horas pasan, te adentras en esa tu amada soledad, con la que hablas, puedes hablar de todo no hace falta compañía, más que la que ahora tienes una gris tarde lluviosa, un rincón una ventana un libro con olor a viejo que guarda en su interior poemas, caricias en palabras, acuarelas de campo y canciones de otros tiempos.

La lluvia cae lento el día se diluye la cantinela sigue monótona sonando acompasada, gris, cansada, los pájaros se han ido el árbol está solo, mi alma sigue sola, pacífica, tranquila, no hace falta nadie estoy acompañada, estoy acá conmigo en este mi rincón de siempre con vao en los cristales oyendo cantinelas monótonas de lluvia, viviendo acompañada de un mar de pensamientos que se vuelven recuerdos, que se vuelven poemas, que se tornan canción.

Tartacha.

lunes, 4 de abril de 2011

Para que no decaigas.


Que no pierda mi alma nunca la esperanza, esa que ya tu vas perdiendo, de no encontrar lo que sueñas, que sea yo quien empuje y aliente tus horas de intensa fatiga, que mi fuerza no decaiga, para que tu no la pierdas, que pueda yo siempre estar allí, mientras llega la hora, el día que esperas, que sea yo paciente y sepa velar todavía tus noches, como cuando eras un niño y sentías ese miedo inocente de quedarte solo en tu cuarto, que mi mano roce suavemente tu pelo, tu cara, que ahora mayor, sigue siendo mi luz, el motor de mi vida.

Que nunca deje yo de acunar tus anhelos, de animar tus deseos y de acompañar, hasta el final cada una de tus metas.

Estaré en cada angustia de tu espera, en cada intenso suspirar de tu ansiedad, seré el bálsamo suave, que cure el dolor que te deja un nuevo día, de lucha infructuosa y estaré junto a ti, cuando por fin llegue el momento de celebrar el triunfo, porque estoy bien segura de que no tardará en llegar.

Tartacha mamá.