viernes, 10 de junio de 2011

No le temo al miedo.


Agazapado,

escondido dentro de mi,

oscuro y malvado,

apuntando su afilado cuchillo.

Yo me protejo, tengo mi armadura hecha de años

y mi escudo duro, impenetrable de fe forjado en

el taller de un herrero que es de siempre el mejor.

Miedo, como temerte, como huirte si estás en cada rincón mirando dispuesto al ataque?

Pero sabes bien que no te dejo entrar, que lucho contigo, que me se proteger.

Miedo, tu sombra no me alcanza, no me daña, tu afilada espada se vuelve de goma, para lacerar mi carne, para taladrar mis huesos, por más que intentes, soy más fuerte que tu.

Sigue ahí, escondido, agazapado, esperando el momento de herirme, que yo a mi vez, seguiré dando pasos de gigante, y lograré aplastarte, feo y oscuro enemigo.

TARTACHA.

domingo, 10 de abril de 2011

Lluvia.


La lluvia cae lento.

Cantinela monótona es su melodía,

El día es enteramente gris, el frío cala los hueso, el alma y la piel.

Los pájaros, se acurrucan en las ramas de los árboles, las luces se van diluyendo en gotas hay vao en los cristales.

No se vislumbra un alma en el sendero, la soledad inunda todo, pero el alma está serena, una dulce paz la ronda, las horas pasan, te adentras en esa tu amada soledad, con la que hablas, puedes hablar de todo no hace falta compañía, más que la que ahora tienes una gris tarde lluviosa, un rincón una ventana un libro con olor a viejo que guarda en su interior poemas, caricias en palabras, acuarelas de campo y canciones de otros tiempos.

La lluvia cae lento el día se diluye la cantinela sigue monótona sonando acompasada, gris, cansada, los pájaros se han ido el árbol está solo, mi alma sigue sola, pacífica, tranquila, no hace falta nadie estoy acompañada, estoy acá conmigo en este mi rincón de siempre con vao en los cristales oyendo cantinelas monótonas de lluvia, viviendo acompañada de un mar de pensamientos que se vuelven recuerdos, que se vuelven poemas, que se tornan canción.

Tartacha.

lunes, 4 de abril de 2011

Para que no decaigas.


Que no pierda mi alma nunca la esperanza, esa que ya tu vas perdiendo, de no encontrar lo que sueñas, que sea yo quien empuje y aliente tus horas de intensa fatiga, que mi fuerza no decaiga, para que tu no la pierdas, que pueda yo siempre estar allí, mientras llega la hora, el día que esperas, que sea yo paciente y sepa velar todavía tus noches, como cuando eras un niño y sentías ese miedo inocente de quedarte solo en tu cuarto, que mi mano roce suavemente tu pelo, tu cara, que ahora mayor, sigue siendo mi luz, el motor de mi vida.

Que nunca deje yo de acunar tus anhelos, de animar tus deseos y de acompañar, hasta el final cada una de tus metas.

Estaré en cada angustia de tu espera, en cada intenso suspirar de tu ansiedad, seré el bálsamo suave, que cure el dolor que te deja un nuevo día, de lucha infructuosa y estaré junto a ti, cuando por fin llegue el momento de celebrar el triunfo, porque estoy bien segura de que no tardará en llegar.

Tartacha mamá.

jueves, 17 de marzo de 2011

Había una noche.

Había una noche.


Había una noche clara, un aire fresco,

un montón de estrellas, una luna plata.

Había un sueño profundo, reparador.

En el sueño, había una tenue luz, un sonido vago

de melodías sutiles, bellas, voladoras.

También había unos ojos negros, una piel canela,

un hondo suspiro, un recuerdo,

un dolor, un llanto, un ciclo sin cerrar,

una vos callada, una sombra una llama,

un eco repitiendo un nombre,

una inmensa soledad, tres años,

un siglo, un amor,

y finalmente un duro desamor.

Todo eso había una noche,

pero ya pasó, ya no está, se quedó atrás,

esa noche que hubo, que fue que pasó.

Gloria C.

miércoles, 23 de febrero de 2011

El viento y las palabras.


El viento lleva las palabras,

Las deposita en su lugar.

Luego regresa con unas nuevas,

Las deposita, tu las ves, las miras detenidamente, son como las que tantas veces has dicho, por lo menos se perecen mucho.

Hoy el viento ha traído palabras, yo las he mirado, las he analizado he tratado de comprenderlas.

Solo he visto que me dicen lo mismo que tantas veces me digo.

Entonces me callo, miro en silencio como el viento arrastra las hojas, limpia el ambiente,

Aplaca el calor, apacigua mi alma la sosiega, la refresca.

Me digo entonces que todo estará bien, que el viento bondadosamente, llevará el agua, por sus cause normal y dejará que ellas se aplaquen y sigan corriendo mansas, en la dirección correcta, porque no es eterna la tormenta, como no es eterno el sufrimiento, la alegría, el caos, la noche o el día.

Mis ojos se cierran tranquilos y vuelve todo a ser un remanso de paz, de esa paz, que solo yo puedo procurarme, cuando miro las palabras que el viento me devuelve, seguro siempre de su buena labor cumplida.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Mis Sueños.


Para los sueños que se repiten en mis noches, tengo abierta mi ventana.
Ellos volarán describiendo círculos anchos, en un espacio amplio y oscuro y volverán a mi,al punto justo de cumplirse.
Porque siempre, que sueño intensa y repetidamente, mis sueños se han realizado.

Tartacha.